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¿Por qué me embrujas?
Sé que tu suelo ama,
que tus exuberantes
ventanas no son
más que un espacio
que trasplanta las sombras
celosas de esta vida
ambulante
a una dimensión desconocida,
inquieta de búsqueda perpetua
de vagas ilusiones.
Eres majestuosa como
el sentir que hurgas
en la muchedumbre que
ocupa
tus frías y humedas paredes.
Gruesas como un dique
pero a la vez tan frágiles
que escupen sus revoques
cuales sentimientos
de edades centenarias
e historias milenarias
se tratara.
Sabes que tus penas
pronto gozarán de
una paz por ti necesitada y
caerán tus materiales inherentes,
pero espero jamás maten
las historias que de ellas
la leyenda ha creado,
la inevitable inspiración
fecunda del campo seductor
que te rodea, vigilado por
centenarios monstruos que
el cruel y sordo viento intenta
destruir, se empeña en
controlarte,
pero jamás te dejas.
Las absurdas miradas
de tus ricos vecinos
creyéndote un paisaje
incomprensible.
Y tú altiva,
levantas majestuosa
tu herida, tus sales
tus silencios
tus muebles
que se agitan por las noches
en que la soledad
inunda tus pasillos.
No temo a eso,
mi temor es que un día
tus ojos se cierren
y tus historias mueran
sin que nadie las cuente.
.Mario Meriano
.bellaterra, 12 de febrero de 2009.
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sábado, 16 de octubre de 2010
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